El director general de Navegación Aérea, Gaspar de Vicente, anunció
ayer en el centro de control de Son Sant Joan que durante este
verano habían disminuido las demoras por retrasos aéreos en el
aeropuerto de Palma en un 48'31 por ciento, «pese a que el
movimiento de aviones aumentó un 7'10 por ciento. Esperamos repetir
este mismo porcentaje, e incluso disminuirlo, el próximo verano,
donde está previsto un alza del tráfico aéreo de un 7'7 por ciento
en las Islas».
De Vicente calificó de muy positiva la actitud de la Comisión
Europea de establecer un espacio aéreo único europeo, «se trata de
una decisión muy importante que apoyamos de manera absoluta.
Balears, dentro de la nueva reestructuración aérea, será una de las
regiones más favorecidas, sobre todo si sumamos a esta iniciativa
de la CE los resultados que se obtengan de la comisión chief, que
está estudiando la optimización del tráfico aéreo en las áreas de
Suiza, Italia, España y Francia».
Dentro de estas medidas de mejora, Navegación Aérea incrementará
en doce el número de controladores en el Centro de Control de
Palma.
AENA apoya el nuevo hangar de Palma
El director del aeropuerto de Palma, Mariano Menor, ante la
presencia de Gaspar de Vicente y del director regional de
Navegación Aérea, Juan Bautista Martínez de Miguel, indicó que el
ente público AENA no tiene nada contra la construcción del hangar
de mantenimiento en Palma, «AENA tiene claro que Palma necesita un
hangar, pero para ello se va a realizar un nuevo concurso de
adjudicación de gestión y construcción».
Sin embargo, Menor no quiso entrar en detalles a la hora de
valorar la previsible impugnación que realizarán Iberia, CASA,
Spanair y Air Europa, adjudicatarias del concurso de gestión y
explotación del citado hangar, del nuevo concurso.
Dentro de las obras previstas en Son Sant Joan, Navegación Aérea
tiene previsto construir una nueva torre de control, «ya que el
aeropuerto ha crecido en cuanto a intensidad de tráfico y se
necesita una infraestructura más amplia y acorde con la demanda
creciente. Esto ha motivado el proyecto de remodelación de las
torres de control de Palma, Eivissa y Maó con nuevos
equipamientos».
El centro de control de Palma ya funciona con tecnología inmune
al Efecto 2000, cuya inversión ha ascendido a los 1.200
millones.
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