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Antoni Mir resultó reeegido esta madrugada presidente de la Obra Cultural Balear, aunque recibió un voto de castigo del 20 por ciento. Del total de votantes que ejercieron su derecho, 306, votaron la candidatura de Mir 242, lo que representa el 20 por ciento mencionado. Las candidaturas críticas obtuvieron aproximadamente un 10 por ciento de los votos emitidos.

La asamblea general, que tuvo lugar ayer en el Estudi General Llul·lià, se caracterizó por una animada participación y el debate, propiciado principalmente por los miembros de la denominada «plataforma por la democratización y dinamización de la OCB» que en los últimos días se ha revelado como el sector crítico de la entidad.

Los 200 socios que acudieron a la asamblea aprobaron por asentimiento el estado de cuentas de 1999 y el presupuesto para el 2000, así como la memoria de actividades de 1999 y el plan de actividades para el 2000.

Sin embargo, en el turno de preguntas se suscitaron temas como la necesidad de revisar los estatutos y el reglamento por el que se rige el funcionamiento de la OCB. Este fue el principal asunto reivindicado por el sector crítico, a través del socialista Joan March, quien calificó de «desfasados» los estatutos y manifestó la necesidad de que se revisen, así como el sistema de funcionamiento, «para que sea más ágil y participativo».

March insistió que se votara esta cuestión en el transcurso de la asamblea, antes de la elección de la junta directiva, propuesta que fue rechazada al no estar incluida en el orden del día, pero que el presidente de la OCB, Antoni Mir, se comprometió a que la recién elegida junta directiva canalizará el debate de éste y otros temas.

Joan March requirió a la mesa que informara del sueldo bruto del presidente y gerente de la Obra Cultural Balear, a lo que se le contestó que 9.050.000 pesetas anuales, que neto se queda en 7.647.000 pesetas. March abogó por la limitación del sueldo del presidente de la OCB y propuso que fuera semejante al de un catedrático de universidad. March, que monopolizó parte del debate, solicitó también que se declarara incompatible la presidencia de la OCB con la gerencia de la citada entidad, alegando que «la coincidencia vicia el funcionamiento de la OCB» y aclaró que sus palabras no significaban que existía «animadversión hacia Antoni Mir». Insistió en que, además de decidir sobre las personas que dirigirán la entidad en los próximos cuatro años, debían decidirse también los procedimientos y maneras de funcionar.

Mir repite al frente de la OCB
La elección de los miembros de la junta directiva que dirigirá la Obra Cultural Balear durante el período 2000-2003 se prolongó ayer durante casi tres horas, por lo que al cierre de esta edición no se conocía el resultado de las votaciones. No obstante, todo apunta a que saldrá elegida la mayor parte de los integrantes de la candidatura encabezada por el actual presidente de la OCB, Antoni Mir, ya que era la única candidatura conjunta que concurría a estas elecciones.

La candidatura conjunta está integrada por Antoni Mir, presidente; Joan Gelabert, vicepresidente; Francesc Bujosa, secretario; Gabriel Matas, tesorero, y los vocales: Miquel Company, Guillem Àngel Crespí, Sebastià Frau, Sara Helena Ladaria, Jaume Lledó, Catalina Moner, Maties Oliver, Cathy Sweeney y Maria Tous Fernández.

A últimas horas de la noche de ayer, se desconocía si alguna de las tres personas, que como miembros de la «plataforma para la democratización y dinamización de la OCB» concurrían a vocalías en candidaturas individuales había obtenido el suficiente respaldo como para formar parte de la nueva junta directiva. Los tres candidatos individuales son: Antoni Joan Fuster, Josep Lluís Llull y Martí Monjo.

El presidente de la Obra Cultural Balear, Antoni Mir, anunció antes del inicio de la elección de los miembros de la junta directiva que, al término del recuento de votos "que al cierre de esta edición aún no había concluido", la entidad remitirían una nota informativa con los resultados de las elecciones.