El arquitecto Richard Rogers se mostró ayer dispuesto a aceptar
cambios en el Parc-BIT, tal y como propone el nuevo Govern, con el
fin de suprimir el uso residencial y darle una mayor impronta
empresarial. El arquitecto visitó ayer la zona del Parc-BIT
acompañado por la consellera de Energia o Innovació, Misericòrdia
Ramon, por primera vez desde que se produjo el cambio de Govern.
El arquitecto aseguró que había entendido las razones del Govern
para introducir los cambios y accedió incluso a modificar además el
proyecto de edificio singular. En un principio, el proyecto
contemplaba un único edificio de 6.000 metros cuadrados de
amplitud. Rogers ha aceptado realizar cinco edificios más pequeños,
de manera modular, para integrarlos mejor en la orografía de la
zona. Otra de las diferencias es que la dimensiones del parque
tecnológico se verán sensiblemente reducidas ya que pasarán de
300.000 metros cuadrados a 100.000.
La consellera de Energia explicó que, a diferencia del proyecto
presentado por el anterior Ejecutivo, el coste máximo de esta
edificio singular será de 800 millones de pesetas, y no de 1.500,
como preveía el Ejecutivo de Jaume Matas.
Tanto el arquitecto como la consellera insistieron en todo
momento en que el Parc-BIT no será una zona residencial, si bien
matizaron que cabe la posibilidad de que se construyan un mínimo de
viviendas con fines científicos y experimentales.
La consellera explicó que el objetivo del nuevo Ejecutivo balear
es que esta zona de innovación tecnológica no se convirtiera en una
«urbanización encubierta» y aseguró que ese era el propósito del
anterior Govern. La consellera destacó la facilidad con que el
arquitecto Richard Rogers había accedido a modificar el proyecto al
entender claramente la intención del Govern de ser lo más
respetuoso posible con el medio ambiente.
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