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Si hemos de ser sinceros, no está quedando mal. Se han cargado espacio del aparcamiento, pero la barandilla de sa Riera es de hierro, con lo que ha salido ganando en estética y en seguridad, la acera es más amplia, en medio tiene un jardín sobre el cual han instalado esculturas y, ¡por fin!, se ha pensado en los minusválidos al poner unos niveles de acceso como Dios manda. ¡Hombre!, tal vez puede que haya dos pequeños pero, que podrían ser subsanables. Primero, la escultura de Mompó, vista desde según qué sitios, prácticamente desaparece por detrás de las palmeras y poste de la farola. ¿No se podría colocar en otro lugar más visible? Pregunto.

Segunda: de las dos esculturas, en una sólo hemos visto una placa en la que lleva el nombre de su autor, pero con la particularidad de que es en verde oscuro y el nombre no se ve muy bien. Para colmo, está tan abajo que cuesta verla y, encima, cuando llueve o riegan la tierra, las salpicaduras impiden, más todavía, leer lo que pone.