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El PSOE balear ya tiene nueva sede. El secretario general de los socialistas isleños, Andreu Crespí, cerró el pasado lunes en Madrid la operación de compra"venta de dos plantas de un edificio situado entre la calle Sindicat y la calle Milagro. Los socialistas han adquirido dicho inmueble por 62 millones de pesetas.

Después de muchos meses de negociaciones, y de visitar numerosos edificios, los socialistas han optado por seguir en el centro de Palma. El PSOE dispondrá de 600 metros cuadrados de superficie, repartidos en dos plantas, de un edificio que está situado encima de una entidad bancaria. La nueva sede estará muy cerca del Ajuntament de Palma, del Consell Insular de Mallorca y del Parlament, aunque los socialistas deberán hacer una profunda reforma para adaptar el nuevo inmueble a las necesidades organizativas del partido. Los socialistas tienen alquilada, en la actualidad, unas oficinas en el edificio Los Geranios. Estas oficinas se alquilaron como oficina electoral, pero se convirtió en sede del PSOE a falta de un edificio para sustituir a las dependencias de la calle Puresa.

Los socialistas compraron el edificio de la calle Puresa por apenas 4 millones en el año 81, y fue vendido casi 20 años después por algo más de 90 millones. El inmueble contaba con 919 metros cuadrados, aunque se encontraba en muy mal estado. En los momentos de dificultades económicas el PSOE llegó a hipotecar el edificio, aunque finalmente la dirección nacional optó por pagar la deuda de los socialistas isleños. El PSOE llegó a arrastrar una deuda de unos 200 millones de pesetas, y la dirección nacional tuvo que nombrar una comisión liquidadora para pagar a todos los acreedores que tuvieron los socialistas mientras Joan March fue secretario general.

El edificio de Puresa fue construido a finales del siglo XVI, y 100 años más tarde se dividió en dos propietarios. En el año 1819 un arquitecto compró una parte del edificio, que posteriormente se convirtió en la sede del PSOE. La posible venta de la sede de Puresa a unos alemanes provocó una amplia polémica en el seno del PSOE, y un dirigente de la Unió Socialista de Palma dimitió por este asunto. Sin embargo, la sede no fue vendida a ningún alemán sino a un promotor privado que tenía intención de rehabilitar el inmueble.