El Grupo ENDESA ha llevado de la mano a GESA en estos últimos meses
para combatir el «largo camino con curvas» que implica el problema
conocido como efecto 2000. Esta dificultad surge debido a las
prácticas de programación utilizadas en las décadas de los 60, 70 y
80, por las que el año se representaba por sus dos últimas cifras,
despreciando por tanto el siglo. Como consecuencia, al cambiar de
siglo el 31 de diciembre de 1999, muchos programas y dispositivos
informáticos interpretarán mal la fecha y provocarán errores de
cálculo que pueden generar incluso la paralización de las funciones
por ellos soportadas.
Esta incidencia, que afectará a empresas y organizaciones de
todo tipo, se acentuará en los sectores que hacen un uso intensivo
de sistemas informáticos, sistemas de control de procesos,
telecomunicaciones, automatismos, etc., como es el caso del sector
eléctrico, tanto para los procesos de producción como de operación
y de gestión.
El Grupo ENDESA afirma que tomó conciencia de esta circunstancia
en 1996, y que desde entonces ha desarrollado un amplio programa de
actuaciones encaminadas a analizar la magnitud del problema y
plantear las diferentes estrategias que permitiesen superar dicha
situación. «Todo está preparado para actuar ante cualquier
contingencia. Habrá retenes en los centros clave y se han
intensificado las medidas de previsión ante alguna eventualidad»,
dijo el portavoz de GESA. La central de es Murterar, que abastece a
Mallorca y una parte de Menorca, contará con un retén formado por
22 personas, que vigilarán las incidencias desde las 21 horas del
día 31 de diciembre, hasta las seis de la madrugada del 1 de enero.
Todo ello, para reforzar la central debido a la huelga anunciada
por los trabajadores que se desarrollará en ese período
horario.
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