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Los vuelos interislas con turbohélices Fokker-50 registraron ayer retrasos generalizados a causa del fuerte viento, que llegaron en algún caso a superar la hora y media, según el ejecutivo de servicio del aeropuerto de Son Sant Joan.

Del total de todas las frecuencias programadas ayer con los aviones Fokker-50 de la compañía Air Nostrum, «el 25 por ciento de las mismas ha contabilizado retrasos, principalmente los vuelos con origen y destino entre Maó y Son Sant Joan. El hecho en sí, es que al rotar los mismos aviones en estos trayectos han ido acumulando retrasos a lo largo de la jornada por no poder recuperar tiempo al ser trayectos muy cortos. Esto ha afectado a las rotaciones, de ahí que tanto las compañías Air Nostrum como Air Europa han tenido que variar la entrada y salida de este tipo de vuelos por este condicionante».

El ejecutivo de servicio indica que al tratarse de aviones más ligeros que los reactores, «son más sensibles a las inclemencias, lo cual afecta a la duración del trayecto, incidiendo con ello en la rotación de los distintos vuelos programados a lo largo del día. Está claro que tienen limitaciones con el fuerte viento reinante».

El aeropuerto palmesano tuvo ayer un movimiento de 268 aviones, de los cuales el 25 por ciento tuvo retrasos medios de más de media hora, aunque hubo puntas de hasta las dos horas y media, en concreto en un vuelo con destino a Madrid, «por llegar tarde de origen, lo cual afectó a la frecuencia de salida», apuntó el ejecutivo de servicio de Son Sant Joan.

Al margen de este imponderable, pasajeros de varios vuelos con destino a Madrid, Maó y Eivissa manifestaron su queja por los cambios de puerta de embarque al no coincidir con la información que aparecía en los paneles.