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Ayer, antes de regresar definitivamente a Althausen (Alemania), estuvo en El Escorial asistiendo a los funerales en honor de la madre del rey don Juan Carlos.

Diana es una mujer hiperactiva, de ahí que durante estas cortas vacaciones no haya parado de trabajar. ¿Que qué ha hecho? Una escultura.
"Se trata de una fuente que voy a regalar al Llar de la Tercera Edad de Esporles "nos dice". En mi casa he estado haciendo el molde de barro y ahora me lo llevo a Alemania a que lo fundan. En primavera, cuando regrese, traeré la fuente y la instalaremos en el lugar que me digan. Tengo entendido que esa casa para ancianos se está construyendo todavía. Según explica la princesa Diana, la fuente representa una ola gigantesca «que a su vez representa vida, «a lo largo de la cual "dice" unos llegan a alcanzar su punto más alto, otros se quedan a mitad de camino, otros no pueden ni siquiera eso, a pesar de que se pasan años y años intentándolo, y otros se ahogan en ella».

En la escultura de la fuente, Diana explica todo eso a través de pequeñas personas ubicadas en los distintos puntos de la gigantesca ola, ya sea en su cresta, a mitad o en la base.

"El molde lo he hecho en dos días, pero lo que más tiempo me ha llevado ha sido pensar el motivo.
Por otra parte, la duquesa nos da otras tres noticias: primera, que a finales de este mes, en compañía de su amiga Joana Walker, viaja Manila a visitar a un conocido curandero amigo suyo; segunda, que Fleur, su hija, benjamina de la casa Würtemberg para más señas, deja los estudios «y pasa a organizar mis cosas y las exposiciones de otras personas»; y tercera y última, que el próximo 26 de marzo celebra sus sesenta años en Althausen, en el transcurso de una gran fiesta y de un baile de etiqueta con la particularidad de que tanto ellos como ellas deberán lucir sombrero.