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Martín, santo varón
Sin duda, Martín, esposo de la delegada del Gobierno, Catalina Cirer, es un excelente consorte.
Ayer, durante la misa en honor a Sant Sebastià que se celebró en la Seo, volvió a dar la talla. Mientras la delegada, en cumplimiento de su deber y de acuerdo con el protocolo, se sentaba en las sillas de delante, entre el president de la Comunitat balear y el de la Audiencia, él, Martín, que llegó con las dos niñas, una de ellas en cochecito, tomaba asiento en un discreto lugar de las últimas filas, pendiente del altar y de las crías.

Llegado el momento de la comunión, tras hacerle un comentario a la más mayorcita de las hijas, seguramente un «no te muevas de aquí», tiró del cochecito en el que estaba la otra y se acercó al altar, a comulgar, bajo la complaciente mirada de la esposa y madre, ya digo, sentada en primera fila.

Farolas mal puestas
Me cuenta un vecino de Cala Major que las farolas que han colocado no hace muchos meses en la zona peatonal que conduce hasta la playa han de ser colocadas un metro por detrás de donde están. Es decir, que han de quitarlas del sitio que ocupan ahora y «echarlas» un metro "o algo menos" hacia atrás, todo porque, según parece, las furgonetas de servicios que pasan por allí las golpean y tiran algunas. El vecino me invita a dar una vuelta para que vea cómo se está haciendo la nueva instalación "por detrás del pie de la farola emerge un tubo con cables", y para decirme que ya podrían haber visto antes ese problema, «economizando gastos y molestias».