El conseller d'Educació i Cultura, Damià Pons, aseguró ayer en el
Parlament que la violencia que se produce en los centros escolares
de Balears «no es alarmante» y advirtió que «el problema compete no
sólo a los colegios sino también al resto de la sociedad balear».
«Exigimos demasiado a los centros educativos y la sociedad se exige
muy poco a sí misma», opinó Pons durante la comparecencia
parlamentaria, realizada a petición del PP.
Pons informó que la dirección de centros, que controla un total
de 33.987 alumnos, aprobó entre octubre de 1998 y enero de 1999 un
total de 9 expulsiciones definitiva y 631 temporales. También se
formalizaron 4.064 amonestaciones a alumnos. Según el conseller
d'Educació, algunos algunos reinciden en las expulsiones temporales
y otros son amonestados en varias ocasiones.
Entre algunos casos de violencia escolar, Pons se refirió a la
agresión a una profesora de Calvià, la paliza a un profesor de
Palma, así como una pelea entre dos alumnos menorquines. «Nuestro
nivel de conflictividad escolar es inferior al que registra en
otros países europeos, y en estos momentos afecta a una pequeña
franja de la población escolar», comentó Pons. «La solución a la
conflictividad en los centros escolares es fomentar una cultura de
prevención y el fomento de las actitudes cívicas», señaló el
titular de la Conselleria d'Educació.
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