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Los ganaderos de Mallorca han mostrado en los últimos días su indignación por las pérdidas económicas que le crea la «huelga de celo» que, según dicen, está realizando el personal del matadero de Palma. Esta postura, afirman, responde a la intención de los matarifes de presionar a la empresa Prodisma para llegar a un acuerdo y cerrar, de esa forma, la crisis ocasionada por las pérdidas acumuladas.

Como quiera que es necesario regularizar la situación laboral de los trabajadores (que en la nueva empresa Carnilla serán contratados a través de una cooperativa), los ganaderos piensan que ralentizando el ritmo, los matarifes intentan que se acepten sus condiciones en la negociación. A mediados de la semana pasada en los establos del matadero se apelotonaban más de mil animales vivos. La postura de los trabajadores está ocasionando numerosas pérdidas al sector ya que, dicen, «los animales almacenados pierden peso y la carne se vuelve negra cuando están varios días sin comer».

Por su parte, fuentes de los trabajadores negaron la «huelga de celo» y justificaron el retraso en que hay 11 trabajadores de baja y la empresa no quiere contratar más personal.