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Desde siempre, don Teodor Úbeda, obispo de Mallorca, pasa sus vacaciones de verano en su tierra natal, en las fértiles tierras de la Vall d'Albaida y, más concretamente, en su capital, Ontinyent, antigua Untinyan, ciudad en la cual nació hará pronto 69 años. Ultima Hora ha tenido el honor de compartir este verano un día de sus vacaciones 'ontinyentines', y de ser testigo del amor y la admiración que Ontinyent siente por su paisano don Teodor, no en vano es Hijo Predilecto de la ciudad desde el año 1995, cuando se cumplieron los 25 de su ordenación episcopal.

Acompañando a don Teodor en un largo paseo por las calles y las plazas del centro antiguo de Ontinyent pudimos apreciar lo popular que es en la ciudad. A cada paso se le para con el fin de saludarle y de evocar tiempos pasados de la infancia y de la juventud. Los mayores le reconocen enseguida. Los más jóvenes han oído hablar de él, le tienen un gran respeto, también se acercan para darle la mano, interesarse por su salud, por su residencia filial mallorquina y a desearle unas felices vacaciones. Pero son las gentes de su edad y todavía mayores las que traban conversación con don Teodor. Observamos que muchos de ellos, como es natural, siguen tuteándolo, como un ontinyentí más que es.

Rememoran tiempos de las décadas de los años cuarenta y cincuenta, cuando en el «pueblo» "los mayores siguen llamando a Ontinyent «el pueblo»" todo el mundo se conocía, cuando la industria téxtil estaba en su gran apogeo, donde bullía de actividad todo el entorno. Pues, allí, en este todavía paraíso pasa sus vacaciones anuales el obispo de Mallorca. Hace años se construyó una caseta en el paraje denominado El Torrater, rodeado de pinos y olivos, y otros árboles de jardín que el propio don Teodor ha ido sembrando con el paso del tiempo. El silencio y la serenidad le acompañan día y noche. Pero cada mañana baja al pueblo "a ese pueblo de clima mediterráneo que ha crecido entre almendros, viñas y algarrobos, como si se encontrara en el interior mismo de nuestra isla" a compartir unas horas con sus viejos y nuevos amigos.