La música no calló en los locales de sa Llonja la pasada madrugada.
Poco antes de las 02.00 de la mañana del sábado, la hora fijada por
el Ajuntament de Palma, la expectación era evidente en algunos
corros. Pero cuando llegó el momento de cumplir con la orden dada
desde los despachos de Cort, nada ocurrió.
No se trataba de insurrección, sino de estrategia. El colectivo
de empresarios afectados había acordado esperar a que los policías
locales encargados de velar por el cumplimiento de la norma
cautelar acudiesen local por local para levantar acta. En ese
momento cada propietario debía dejar constancia de su oposición a
la medida por considerarla injusta y no ajustada a derecho para,
acto seguido, cumplir y quitar la música. Pero entre las 02.00 y
las 04.00, horas de cierre de casi todos los bares, los agentes
locales sólo tuvieron tiempo de levantar actas en tres
establecimientos. El resto pudo acabar la noche con normalidad.
Por eso, ayer por la noche la historia se repitió y los
efectivos policiales prosiguieron su tarea de ir bar por bar para
levantar las actas correspondientes. Los empresarios han
presentado, además, el pertinente recurso ante el Juzgado de
guardia, de manera individualizada, ya que la tarde antes habían
decidido no actuar como colectivo. También está previsto que mañana
presenten alegaciones a la norma dictada por la responsable del
área de Sanitat en el Consistorio palmesano, María Crespo.
Los propietarios de los bares y restaurantes implicados ya
habían anunciado que no provocarían ningún tipo de incidente o
protesta en el momento de tener que parar la música y lo cierto es
que en la madrugada del sábado, una noche poco bulliciosa en cuanto
a número de personas, no hubo altercados y la normalidad reinó en
toda sa Llonja, salvo para aquellos bares que recibieron la visita
de los agentes locales.
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