En dos horas pescaron siete 'verderols', no está mal. Foto: JOSEP M. SASTRE.

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JOSEP MARIA SASTRE Ayer fue uno de los días del verano que los aficionados a la pesca esperaban con más impaciencia, ya que concluía la veda del verderol. Llaüts, zodiacs, yates, botes... el medio era lo de menos, lo verdaderamente importante estaba en el mar, los pescadores lo sabían y por esta razón salieron en bandada (emulando a los bancos de verderols) a capturar el mayor número de ejemplares de este pescado.

Aparentemente el método es muy sencillo: basta con soltar la fluixa y navegar esperando a que piquen, sin embargo y como en todo, cada maestro tiene su librillo. Los hay que prefieren bordear la costa a poca profundidad; otros, en cambio, son partidarios de ir mar adentro. Los unos afirman que es mejor navegar deprisa, los de más allá defienden que si la embarcación va despacio, mejor.

Los verderols van en bancos, desplazándose de un lado a otro. Por esta razón «la suerte es básica, si pillas una bandada seguro que pescas», comenta un pescador aficionado. Cuando encuentran un grupo de verderols se trata de girar y navegar por la misma zona. Ayer todos los que salieron pescaron, al menos, para comer.