El neurólogo Carlos Maragoto, del Centro Internacional de
Restauración Neurológica de La Habana, se encuentra estos días en
Palma. Maragoto representa a una institución científico-médica que
«trabaja con un enfoque integral en aras de lograr la mejora de la
calidad de vida de pacientes con alguna lesión o enfermedad del
sistema nervioso mediante métodos novedosos, multifactoriales e
intensivos para estimular la neuroplasticidad».
Hasta La Habana se han trasladado desde hace ya varios años
mallorquines afectados de Parkinson y a su vuelta han elogiado las
mejoras conseguidas. Precisamente una de estas personas es el
presidente de la Asociación Balear de Parkinson, Cristòfol Carrió,
quien decidió acudir a este centro después de que en Balears se le
dijera que en dos años acabaría en una silla de ruedas. «Unos
familiares me indicaron que en Cuba había un centro especializado
en asuntos neurológicos, entre ellos Parkinson, y allí fui con
bastante incredulidad y sin saber lo que me iban a hacer. Mi
sorpresa fue que a los pocos días escribía como antes y entré en
contacto con el doctor Maragoto». «El Parkinson es una enfermedad
crónica, degenerativa y no tiene cura, pero yo al menos he
conseguido parar la evolución de la enfermedad y estoy mejor ahora
que al principio», señala Carrió.
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