La tradición del Belén se remonta al año 1224, en una Navidad de la villa italiana de Grecio. En esta localidad, San Francisco de Asís reunió a los vecinos para celebrar la misa de medianoche y fue allí donde tuvo la inspiración de reproducir en vivo el nacimiento de Jesús. Esta idea se popularizó rápidamente en todo el mundo cristiano. De los seres vivos se pasó a las figuras. En la actualidad, es difícil encontrar una casa en la que no se preserve esta idea.
Como cada año el Ajuntament de Palma se une a esta tradición. Ayer mismo inauguró el tradicional «Betlem dels oficis», que desde el año 1990 se expone en el vestíbulo de Cort. Una gran cantidad de niños se amontonaron alrededor del pesebre para contemplar más de cerca su especial encanto. Un total de 400 figuras y 15 edificios, todos hechos a mano, componen esta obra que representa todos los oficios típicos mallorquines tales como pescadors, mestres d'Aixa, cosidors de xarxes, sabaters, matassalers, venedors ambulants, cossiers o ferrers, además de otras profesiones relacionadas con la montaña y con el campo.
Las figuras fueron creadas por Damià Bennàsar, ya desaparecido; el tradicional montaje lo continúan su hijo, Pere Bennàsar, y su esposa, Joana Far. Para este escenario se han utilizado unos 55 metros de tela, 80 kilos de yeso, 75 kilos de tierra, tres sacos de serrín, dos de mata, cuatro cajones de musgo ... Con estos materiales tan sencillos se ha conseguido crear una magia que no se pierde a pesar de los años.
En el acto de presentación estuvieron presentes, entre otras autoridades, el alcalde de Palma, Joan Fageda, y la concejal de Cultura, Carme Feliu. Después de los cantos de los niños de Sant Francesc, Fageda, conmocionado por la repentina noticia del último atentado cometido por ETA, destacó la calidad de esta obra e invitó a los ciudadanos a apreciar más de cerca los detalles de la misma.
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