«Los consumidores necesitan información y el máximo de
transparencia, evitando la confusión, para que la gente pueda estar
tranquila y saber que está comiendo y que lo que está comiendo no
puede perjudicar su salud», dijo ayer el doctor Andreu Palou,
director del departamento de Biologia Fonamental i Ciències de la
Salut de la Universitat de les Illes Balears (UIB); vicepresidente
del comité científico de la alimentación humana de la Unión Europea
(UE) y único representante español en el citado comité.
«La encafalopatía bovina espongiforme, popularmente conocido
como el mal de las vacas locas, es un problema real en España y en
Europa. Personalmente creo que no se puede saber a que niveles está
afectando la enfermedad si antes no se realizan los test», apuntó
Palou y remarcó que «se trata de unos análisis muy fáciles de
realizar, sin ningún tipo de complicación, que desde la UIB se
pueden hacer», puntualizó.
Sobre el llamado mal de las «vacas locas» Palou dejó claro que
«existe un problema real demostrado en algunos países europeos, y
especialmente en el Reino Unido. Ya se han detectado 90 casos de
esta enfermedad en humanos -86 casos en el reino Unido, 3 en
Francia y uno en Irlanda- lo que no puede dejar indiferente a
nadie».
El doctor de la UIB no quiso pronunciarse sobre el alcance de
esta enfermedad, «que no se sabrá, a ciencia cierta, hasta que no
se hayan realizado los test», dijo y matizó que «la salud de los
consumidores debe estar por encima de todo, debe ser una prioridad
para los gobiernos».
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