La ciencia avanza "siempre lo ha hecho" al margen de lo que se pueda decir o pensar. Por eso todos los «peros» éticos que ha levantado la todavía remota posibilidad de llegar a la clonación humana no han impedido que un grupo de científicos americanos consigan el nacimiento del primer mono modificado genéticamente. No es lo mismo, desde luego, pero es un paso más que nos acerca a lo que se supone es el objetivo final: lograr que el ser humano mejore sustancialmente sus condiciones de vida gracias a las terapias genéticas. Para quien tenga ojos y mente optimistas todo son parabienes. El monito "un «rhesus»" está perfectamente sano y podría ser la clave para que en el futuro se alcance la curación por vacuna de males como la diabetes, el sida, el cáncer o problemas coronarios. Una maravilla, a todas luces. Sin embargo, cuando hablamos de modificar las estructuras genéticas entramos en un laberinto profundo y complicado, del que quizás no sepamos salir.
Editorial
Un monito genéticamente modificado
12/01/01 0:00
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