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P.C./J.J./J.M.A. La Ley del Menor entró en vigor ayer y tuvo repercusiones inmediatas en Balears. Tres jóvenes fueron trasladados al centro de es Pinaret, entre el viernes y el sábado, y otros dos quedaron en libertad debido a los informes favorables de la Fiscalía de Menores. De estos cinco jóvenes, el Govern sólo tenía ayer constancia de dos. A lo largo de los próximos días el número de jóvenes que pueden ingresar en centros del Govern o quedar en libertad irá aumentando conforme los expedientes sean revisados por la Fiscalia de Menors.

Uno de ellos es un joven de 25 años que se encontraba recluido en régimen de primer grado "es decir, catalogado como peligroso" en el centro penitenciario de Palma, que pasó ayer a es Pinaret, hecho que mereció la atención de la consellera de Benestar Social, Fernanda Caro. «Hoy "por ayer" nos han informado desde Instituciones Penitenciarias de una situación muy especial, la de un chico de 25 años recluido en el centro penitenciario de Palma al que la Audiencia Provincial de Granada ordena que entre en un centro de menores, en este caso en es Pinaret», señaló Caro.

«Pensamos que esta orden no responde en absoluto al espíritu de la Ley del Menor, por las circunstancias especiales de esta persona, pues se trata de un chico que efectivamente cometió los 23 delitos por los que está juzgado "entre los 16 y los 18 años", y además no ha salido de prisión desde entonces», añadió Caro. Si el joven hubiese cometido algún delito después de los 18 años ya no se le aplicaría la ley.

«Nosotros pensamos que este chico de ninguna manera puede estar en un centro de menores. Éste no es el espíritu de aplicación de la ley», destacó, para añadir: «Esto son las consecuencias, no de la aplicación de la ley en sentido estricto "es decir, de la aplicación de la ley a partir de ahora", sino de los efectos retroactivos de la aplicación de la ley». «Desde la Direcció General de Menors hemos de acatar la resolución judicial, porque si no cometeríamos un desacato», prosiguió la consellera.