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La Conselleria d'Obres Públiques, Habitatge i Transport ha decidido abrir un expediente para determinar la responsabilidad del Real Mallorca en los accesos a los campos de entrenamiento de Son Bibiloni, situados en la carretera a Sóller. Un portavoz de ese departamento confirmó a este diario que un grupo de ingenieros se desplazará hasta Son Bibiloni para levantar un acta que puede derivar en un expediente sancionador. El Govern advirtió el pasado mes de noviembre al Mallorca que se observaban «irregularidades» de toda índole en ese acceso, considerado «muy peligroso» por los usuarios de esa carretera. «Como no ha habido respuesta, los ingenieros procederán a levantar el acta», precisó el portavoz.

El Mallorca, por su parte, a través del directivo Antoni Tacha, aseguró que había enviado al Govern un proyecto de construcción de una rotonda o una vía «muerta» hace más de un año, «sin obtener respuesta alguna». El portavoz del Govern confirmó la veracidad de ese extremo, pero con la matización de que «respondimos el pasado mes de noviembre». El Ejecutivo había insistido al club que preside Mateo Alemany que no podía seguir empleando el accceso a las instalaciones de Son Bibiloni, situadas a menos de un metro de la carretera y sin ninguna señal de peligro (salvo la que instaló el club consistente en una cubo de plástico con un pañuelo rojo atado a un palo), por lo cual, le instaba a utilizar un camino secundario.

Tacha, por su parte, dijo que el club prepara una serie de reformas en el acceso (señalización y asfaltado) pero que ninguna afecta al tráfico rodado, que es, al fin y al cabo, el verdadero problema para miles de automovilistas. Además de solicitar las pertinentes autorizaciones, el Mallorca debe hacer frente a los gastos inherentes a esas obras, que los automovilistas califican de «urgentes e imprescindibles» con el objetivo de evitar accidentes graves.