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El presidente del Parlament balear, Maximiliano Morales, solicitó ayer formalmente a José María González Ortea, portavoz del grupo popular, una reunión en los próximos días para desbloquear la congelación de las pensiones vitalicias que percibirían los ex presidentes de la Cámara y del Govern, que ya fueron aprobadas en el año 89. Los contactos entre Morales y González podrían producirse hoy mismo.

«No teníamos constancia oficial de esta iniciativa, pero hoy (ayer para el lector) el presidente me ha llamado para comunicarme que quería hablar del asunto para alcanzar un acuerdo», declaró a este periódico González Ortea, quien dijo que el PP «decidirá en su momento» si apoya la propuesta para añadir en el proyecto de ley del Govern una enmienda que permitiría a los ex presidentes cobrar una pensión vitalicia, tal y como ayer informó Ultima Hora. Precisamente, Morales ha solicitado una reunión a González Ortea el mismo día que se ha desvelado públicamente, a través de este periódico, los primeros contactos para desbloquear el pago de las pensiones vitalicias por jubilación.

La disposición adicional cuarta de la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de la Comunitat Autònoma del año 89 establecía que los ex presidentes del Govern y del Parlament recibirían un 80 por ciento de su antiguo sueldo cuando hubiesen cumplido los 65 años de edad. Esta cantidad sería percibida por sus beneficiarios durante 24 meses y sería incompatible con otra retribución económica. A partir del tercer año, los ex presidentes recibirían el 40 por ciento del sueldo que percibían cuando ocupaban sus cargos. Esta medida beneficiaría en la actualidad a Antoni Cirerol y Jeroni Albertí, presidentes de la primera y segunda legislatura, respectivamente. Cirerol pertenecía al PP y Albertí, a Unió Mallorquina.

La disposición adicional quinta de la Ley de Presupuestos fijaba también una pensión del 40 por ciento para las viudas de los antiguos presidentes. Esta cantidad sería calculada en función del salario que percibían los ex presidentes cuando ocupaban los cargos. Cirerol y Albertí tenían unos sueldos brutos de unos 8 millones de pesetas al año, lo que supondría que a partir del tercer año los ex mandatarios cobrarían una pensión de unas 200.000 pesetas netas.