Los clientes morosos adeudaban hasta el pasado 31 de diciembre
3.318 millones de pesetas a la Compañía de Gas y Electricidad
(GESA). De esa cantidad alrededor de 900 millones correspondía a
deudas contraídas por los ayuntamientos, unos 1.350 millones a
clientes generales y el resto, a clientes «especiales», según los
datos que maneja la compañía.
GESA facturó el pasado año un total de 57.887 millones de
pesetas, un 5'7% más que en 1999 (55.659 millones) y los 3.318
millones que la empresa no puede cobrar corresponde a un porcentaje
de morosidad del 5'7% sobre esa cantidad. GESA considera moroso a
un cliente cuando el importe del recibo no ha sido satisfecho entre
los 40 y 65 días posteriores a la presentación de la factura. Se
abre un proceso que culmina con la retirada del contador, si el
usuario no ha saldado su deuda. También, actúan los servicios
jurídicos de la compañía en los casos en que se plantea un posible
pleito dada la importancia de la deuda.
GESA intenta alcanzar acuerdos extrajudiciales con sus clientes
morosos para no «tensar» la cuerda y evitar los tribunales,
estrategia que apoya de forma decidida el equipo que preside
Bartomeu Reus. GESA ha emprendido importantes inversiones para
asegurar el servicio eléctrico, especialmente crítico en pleno
verano, cuando la demanda alcanza sus cotas más elevadas. Los
ingresos de GESA en Balears han experimentado un descenso desde el
pasado mes de julio, tras la incorporación de 350 empresas de las
Islas a las listas de «clientes cualificados» (cuyo consumo anual
alcanza el millón de kilowatios por hora).
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