El Govern, a través de la Conselleria d'Agricultura, se ha marcado
como objetivo principal recuperar la confianza del consumidor de
las Islas con respecto a la carne que consume y, para ello, ha
propuesto al sector (mataderos, empresas cárnicas y carniceros) el
desarrollo de un ambicioso plan de seguridad documental. El
conseller d'Agricultura, Mateu Morro, confirmó ayer el alcance de
esa iniciativa al finalizar el Consell de Direcció Política
celebrado por el PSM-Entesa Nacionalista ayer en el Auditòrium de
Palma.
La crisis desatada en Balears por la enfermedad de las «vacas
locas» monopolizó, prácticamente, el desarrollo de la reunión de
los nacionalistas. «Afecta (la crisis) a temas agrícolas,
medioambientales y sanitarios, por ello, en el PSM lo calificamos
como un problema muy grave que, incluso, ha llegado a generar
alarma social», explicó el presidente del Consell de Direcció
Política del PSM, Sebastià Serra. Además de la situación planteada
por las «vacas locas», los dirigentes nacionalistas analizaron la
gestión desarrollada en el Govern, aspectos municipales y, en
general, quedó de manifiesto el optimismo que embarga a sus
partidarios tras la celebración del primer consell después del
congreso.
El plan de seguridad documental de la carne que se consume en
Balears consistirá en incrementar las especificaciones detalladas
en el etiquetaje obligatorio en vigor desde el pasado mes de enero.
Es decir, según explicó Morro, además del número de animal, la
granja en la que se crió y el matadero donde fue sacrificado, el
etiquetaje ofrecerá información sobre el orígen del ejemplar (en
este caso Illes Balears), la alimentación que recibió y una
garantía de que no ha ingerido productos prohibidos.
«El proyecto está ahí, ya perfilado, pero es el sector el que
debe ponerse de acuerdo, ya que será voluntario pero exhaustivo, es
decir, inspectores de la conselleria se encargarán de vigilar de
que no haya oportunismos y se cumpla de forma rigurosa lo
establecido en la etiqueta», dijo el conseller d'Agricultura. Unas
8.000 vacas de explotaciones lecheras en Balears nacidas antes de
1994, año en que ese alimento fue prohibido, podrían haber
consumido piensos cárnicos, según confirmó la Conselleria
d'Agricultura. La población bovina en las Islas asciende a 46.000
ejemplares, 23.000 de los cuales se encuentran localizados en
Menorca.
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