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El establecimiento de la obligatoriedad de la enseñanza hasta los 16 años, con la entrada en vigor de la Ley Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), ha hecho que se produzcan una serie de situaciones en los centros educativos que antes apenas eran significativas. Muchos alumnos desmotivados por el estudio se ven obligados a permanecer en los institutos, cuando antes podían abandonar la formación para buscar un empleo. A menudo la frustración de tener que estudiar sin desearlo desencadena actitudes de indisciplina, contestación y agresividad.

Sin embargo, las causas de estas actitudes no hay que buscarlas sólo en los cambios del sistema educativo, sino en la propia sociedad, los mensajes violentos que se difunden a través de los medios de comunicación, la competitividad y, también, la desatención de los adolescentes en sus propias casas.

La Administración educativa y el profesorado son conscientes de la necesidad de abordar todos estos problemas y, aunque algunos institutos públicos llevan algunos años aplicando medidas para solucionarlos, este año se ha propuesto a los centros el desarrollo de medidas de refuerzo de su autonomía organizativa encaminadas a mejorar la calidad de la enseñanza, que se han recogido en los llamados Proyectos de Intervención Educativa (PIES).

El instituto de Educación Secundaria Joan Maria Thomàs, de Palma, es uno de los 38 institutos de Balears que han elaborado su Proyecto de Intervención Educativa, el cual recoge una serie de medidas dirigidas a abordar la indisciplina, el bajo rendimiento, la diversidad cultural, la relación con las familias, el currículum integrado o la organización interna.

Misericòrdia Fuster, directora del Joan Maria Thomàs, dice que «no se trata de inventar nada, ya que algunas de estas medidas las veníamos adoptando en años anteriores, sólo que todas ellas se recogen en este documento. Es cierto que algunas las hemos puesto en marcha en este curso, pero todavía es pronto para evaluar sus resultados», apuntó.