La cofradía de penitentes Santo Cristo de Santa Cruz celebró ayer las bodas de oro de su fundación en una ceremonia religiosa que reunió a la totalidad de cofrades y a la junta rectora encabezada por el presidente, Sebastián Triay, en la iglesia de Santa Cruz.
Su fundador, el canónigo Bruno Morey, fue el encargado de oficiar la misa y pronunciar una homilía que contó con fuerte carga emotiva. En la lectura de la misma desgranó los orígenes de la creación de la cofradía.
Finalizada la Eucaristía, la Agrupación Musical Cristo de Santa Cruz ofreció un concierto en el altar mayor, que cerró la responsable musical Malen García con un breve parlamento.
A continuación, el presidente entregó las placas de recuerdo al canónigo Bruno Morey y a varios colaboradores de la entidad, entre los que se encontraban miembros de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios.
Por su parte, la cofradía de penitentes de la Santa Faz reunió a sus cofrades en el templo de San Sebastián de Palma, donde fue bendecido por el rector Alfredo Miralles su paso, La Verónica, obra del escultor mallorquín Miguel Arcas, una pieza que ha sido motivo de una importante y trabajosa restauración para mejorar su estado de conservación.
El acto estuvo presidido por la junta que encabezó su presidente Marcos Estarellas y contó con la presencia de la cofrade, Catalina Cirer, delegada del Gobierno. En el mismo acto fueron entregadas las medallas a los nuevos cofrades y monaguillos, estos últimos niños y niñas de corta edad.
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