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Las medidas de apoyo al sector vacuno que fueron aprobadas la semana pasada por el Consejo de Ministros para paliar los efectos de la encefalopatía espongiforme han provocado una división de opiniones entre los ganaderos y las organizaciones agrícolas de las Islas, ya que, mientras que unos las califican de «ridículas» otros defienden que «son mejor que nada». Concretamente, los pequeños productores y la organización Unió de Pagesos, consideran que los cerca de 60.000 millones de los que habla el Gobierno central son «una cortina de humo» ya que, aseguran, sólo 13.347 millones de esta partida son para ayudas directas a repartir entre todo el territorio nacional y, el resto hasta llegar al total, se destinan a fomentar préstamos subvencionados.

De esta forma, y según Joan Mas, coordinador de Unió de Pagesos, no tiene sentido que Madrid pretenda que los productores de la Isla se acojan a más préstamos subvencionados porque «ya están endeudados debido, principalmente, a la sequía que hemos padecido, a las repercusiones económicas de la «lengua azul» y al precio, inferior al de la Península, que se paga en Mallorca por cada litro de leche producido».

En lo que se refiere a las ayudas directas, incremento del precio de intervención para reses de más de 30 meses en 2.000 pesetas/animal; financiación del transporte hasta el matadero con unas 1.000 pesetas por animal; la ampliación de la prima a vacas nodrizas con una ayuda adicional de 4.300 pesetas por res y una subvención de 13.000 pesetas por cada novilla (entre 8 y 20 meses) sacrificada, entre otras, el coordinador de Unió de Pagesos señaló que no se acercan «ni con mucho» a las que pedía el sector.

En este sentido, Mas asegura que las ayudas son tan bajas que los ganaderos «ni las solicitarán» y que si no se adoptan medidas «más contundentes» el sector no podrá sobrevivir.