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El conseller d'Educació i Cultura, Damià Pons, criticó ayer que la supresión de la selectividad se vaya a realizar «a cambio de la introducción de la reválida de bachillerato», tal como entendió de las declaraciones de la ministra de Educación, y lamentó que «esto se pretenda vender como una gran medida para mejorar el sistema educativo». En su opinión, supondrá una forma «anecdótica» de intentar mejorar el sistema educativo, «pero no se afronta el mal de fondo de la educación».

Pons lamentó que Pilar del Castillo no explicara en profundidad a los responsables de Educación de las comunidades autónomas el borrador de la Ley de Universidades, que contempla la supresión de la selectividad, a cambio de que cada universidad establezca sus procedimientos para la admisión de alumnos. El responsable de la cartera de Educació i Cultura balear echó en cara a la ministra que el «gran tema» de la reforma universitaria se centre en la elección de los rectores, el acceso de los profesores a los cuerpos docentes universitarios y en la necesidad de combatir la «endogamia» universitaria, a pesar de que «nunca se ha publicado e investigado tanto como ahora», dijo.

Se mostró convencido de que antes que estos asuntos, los profesores de la UIB anteponen otros problemas «como la mejora de las actuales infraestructuras, el aumento de las titulaciones para atender las necesidades de la sociedad balear, la falta de jóvenes motivados para acceder a estudios superiores o el insuficiente financiamiento que tienen».

Aunque no quiso extenderse en su opinión del borrador de la ley hasta conocer en profundidad su contenido, el conseller advirtió que la competencia universitaria que se quiere fomentar no debe ir en detrimento de los centros académicos «más jóvenes, aún en fase de crecimiento y con una oferta limitada y a favor de los antiguos y con más oferta y reputación».

Consideró que muchas universidades, teniendo en cuenta la bajada de la natalidad de los últimos años, «pueden tener más plazas que solicitantes en muchas carreras, por lo que no será preciso ningún mecanismo de selección». Y en caso necesario «la nota de reválida hará la función de la nota de selectividad, por lo que no acabo de ver la necesidad de las pruebas específicas como medida generalizada». También alertó ante las desigualdades de oportunidades que se pueden generar en función de las posibilidades económicas de los alumnos, por lo que recordó la necesidad de un buen sistema de becas.