La Caixa de Balears «Sa Nostra» redujo a la mitad sus beneficios el
pasado ejercicio 2000 y los situó en 2.873 millones de pesetas, a
cambio de dotar con 6.000 millones el fondo de pensiones de sus
casi 1.400 trabajadores y hacer frente a una dotación
extraordinaria de 2.000 millones solicitada por el Banco de España,
no sólo a la entidad balear, sino que al conjunto de bancos y cajas
de ahorros de España. El presidente de Sa Nostra, Miquel Capellá,
acompañado por el director general Pere Batle, confirmó ayer los
resultados alcanzados por la entidad en una rueda de prensa tras la
celebración, por primera vez, de una asamblea de trabajadores en el
Pueblo Español.
Capellá confirmó que en la decisión de Sa Nostra de aceptar una
reducción a la mitad de le beneficios habían primado «criterios
políticos», y enumeró los factores que aconsejaron optar por ese
camino. «Hemos sacrificado los resultados porque ya no queremos
obsesionarnos con los beneficios; preferimos centrar nuestros
esfuerzos en incrementar las dotaciones extraordinarias, que
consideramos el camino correcto», dijo Capellá.
Tras aportar 6.000 millones al fondo de pensión de los
trabajadores (no están incluidos los del Centre Cultural), Sa
Nostra cuenta ahora con 14.000 millones destinados a ese fin.
«Hubiésemos podido dilatar esta decisión (de aportar 6.000 millones
al plan de pensiones), pero preferimos hacerlo ahora para
aprovechar las ventajas de toda índole que lleva aparejado esa
decisión, entre ellas, de tipo fiscal», explicó el presidente de la
entidad.
Con respecto a la dotación de 2.000 millones exigida por el
Banco de España, Capellá interpretó esa medida como «un aviso de
que la desaceleración económica en España es ya un hecho, y las
entidades deben estar preparadas para afrontarla dotando esos
fondos».
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