Después de dos años y medio de movimiento de autocares, ayer las
calles Marqués de Fuensanta y Miquel Marqués presentaban un aspecto
inusual. Demasiado tranquilas. La actividad se trasladó a la nueva
terminal de autobuses, situada en la calle Eusebio Estada, al lado
del puente del tren, que ayer comenzó a funcionar.
El despiste fue la tónica general de la jornada por la falta de
información. La mayoría de los usuarios no tenían conocimiento del
nuevo emplazamiento de la estación de Palma, por lo que más de uno
perdió su autocar y se vio obligado a esperar, con la diferencia de
que en esta ocasión la comodidad era mayor. «Esto es mucho mejor
que esperar en la calle. Por lo menos hay bancos y sombra»,
indicaron muchos de los usuarios consultados, aunque los más
mayores consideraron que está alejada del centro.
Los conductores de los autocares de la Part Forana también
destacaron que es mejor contar con una terminal que estar en la
calle, pero, a su juicio, hay aspectos que deben mejorar. Rafael
Llompart, presidente de la patronal del Transporte Regular, indicó
que uno de los problemas más grandes es el semáforo que hay nada
más salir de la terminal y que puede llegar a colapsar la calle.
También subrayó que es necesario habilitar un aparcamiento para los
autocares en tiempo de espera, así como alargar las marquesinas un
par de metros.
Varios autocares de las compañías Caldentey, DarBus o Aumasa con
destino a municipios del Llevant registraron retrasos por los
atascos que, a primera hora de la mañana, se producen en la rotonda
de Can Blau, desde donde los autocares acceden a la carretera de
Manacor. Franscisca Caldentey, de Autocares Caldentey, indicó que
sería bastante más cómodo que Balmes tuviera doble sentido de
circulación, ya que «modificar los horarios sería un jaleo».
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