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T.L/J.N El Ministerio de Sanidad ha anunciado la puesta en marcha de un real decreto que prohibirá fumar tanto en las empresas públicas como en las privadas. La clase política balear ha aplaudido el anuncio de la normativa que regulará el consumo de tabaco en ámbitos laborales, cuya aprobación se prevé a finales de año. El presidente del Parlament, Maximilià Morales, indicó que veía «de forma favorable» la medida, pero consideró importante la habilitación de espacios para los fumadores. La Consellera de Sanitat, Aina Salom y el diputado nacionalista Cecili Buele también reclamaron espacios reservados. El conseller de Treball, Eberhard Grosske, se mostró favorable a aplicar medidas restrictivas del consumo de tabaco en el trabajo.

Desde la presidencia de la Associació de Restauració, Antoni Gil mostró ayer su preocupación por el decreto, que tendrá una especial incidencia en cafeterías, bares y restaurantes: «Establecer áreas de fumadores y no fumadores no es la solución. En nuestro sector esto se traducirá en inversiones específicas».

El presidente de Pimeco, Demetrio Peña, fue muy crítico con el decreto. «El Gobierno central puede abrir una guerra entre fumadores o no fumadores que puede llegar al extremo que las empresas se planteen la contratación de personal que no consume tabaco. El secretario general de PIMEM, Josep Capó, coincidió con Peña en la dificultad técnica que conlleva aplicar la normativa. Mientras tanto, desde la presidencia de Afedeco, Pau Bellinfante expresó su beneplácito por la medida.