Todo el funcionamiento a bordo del «Sorolla» se controla mediante paneles electrónicos y monitores informáticos digitalizados.

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«La informática cubre todo el control y funcionamiento del buque y cualquier anomalía se advierte de forma inmediata», indica a Ultima Hora el capitán del nuevo superferry de Trasmediterránea Sorolla, que cubre la línea Palma-Barcelona.

Desde el elegante puente de mando, enmoquetado de azul y con acabados de madera, David Cabodevila Fariña, conocido como «el comodoro» por su larga experiencia marítima, supervisa toda la actividad a bordo.

«A mí me gusta navegar, pero ahora hago de tranviario. Apenas paramos tres horas en Barcelona y no conozco el pasaje que llevo. Todo transcurre muy rápido en un ir y venir continuado. Desde 1978 trabajo con Trasmediterránea y he navegado en el Estrecho, Canarias y el Norte. Durante los últimos diez años he estado al mando del Ciudad de Sevilla en Balears. Pero mi experiencia como marino se remonta a los años sesenta, cuando empecé a navegar en los buques mixtos de la Naviera Aznar en la línea Mediterráneo-Brasil-Plata». Por aquel entonces, la actividad en el puente, avalada por el instinto y la experiencia, poseía un carácter romántico, entre telégrafos de órdenes, clásicas ruedas de timón o bitácoras, elementos que ya forman parte de la historia naval.