El Grupo Popular se opuso ayer a la propuesta socialista de
fiscalización de la gestión del Govern balear en relación con el
«caso Formentera» con el argumento de que el Tribunal de Cuentas
«no se puede utilizar como arma arrojadiza entre partidos», según
dijo el diputado del PP Juan Manuel Albendea.
La Comisión Congreso-Senado de Relaciones con el Tribunal de
Cuentas rechazó ayer por 23 votos "incluidos los de CiU", con 12 a
favor, una propuesta del Grupo Socialista para que el Tribunal de
Cuentas fiscalizase determinadas consellerias del Gobierno de
Baleares y de las entidades autonómicas Instituto Balear de
Desarrollo Industrial, Servicio de Mejora Agraria e Instituto
Balear de Promoción del Turismo en los años 1998 y 1999, cuando
gobernaba el PP en las islas.
El PSOE considera que a través de esas conselleries y entidades
públicas se financió la llamada «Operación Mapau», destinada a
captar irregularmente votos de emigrantes en América para el PP en
las elecciones autonómicas de 1999.
Mientras, el PP balear teme que «el Govern del Pacte de Progrés
un día culpe también a Matas de haber matado a Manolete». Así
respondió ayer el diputado del PP Joan Flaquer cuando se le
preguntó su opinión ante las acusaciones del Pacte sobre la
supuesta influencia de Matas para que RTVE haya rechazado emitir
publicidad sobre los dos años de Govern. Flaquer cree que Antich
«está obsesionado con Jaume Matas». «Antich es el principal
perjudicado por esta obsesión ya que los éxitos políticos y los
éxitos políticos y actuaciones que realice el actual Govern a
través de inversiones serán el éxito de Antich», planteó el
portavoz adjunto del PP.
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