La consellera de Benestar Social del Govern balear, Fernanda Caro,
compareció ayer en el Parlament para dar respuesta, a petición del
grupo popular, a las fugas de jóvenes internos en el centro de Es
Pinaret que calificó de «inherentes al tipo de jóvenes infractores
que acoge el centro». En estos momentos, dijo, hay cuatro jóvenes
fugados, que se espera puedan volver en cualquier momento.
Caro apuntó que «a raíz de la aplicación, desde enero, de la ley
penal juvenil, sin apoyo del Estado, la situación del centro ha
cambiado, tanto cuantitativa como cualitativamente, en el sentido
de que los conflictos son mayores». Para demostralo, apuntó que
mientras en 2000 se produjeron 23 nuevos ingresos y se trataron un
total de 31 jóvenes, este año, entre enero y mayo, ya han ingresado
22 menores y ya se han atendido a 37. «Por tanto, y precisamente
por la aplicación de esta ley penal juvenil, las previsiones
apuntan a que duplicaremos, e incluso triplicaremos, las cifras de
ingresos y atenciones a lo largo del año».
A eso se suma que la mayoría de los menores que llegan, 12 de
los 22 llegados este año, «tienen además de una medida de
internamiento, un tratamiento terapéutico, lo que quiere decir que
gran parte de los delitos por los que los jóvenes llegan al centro
tienen relación con las drogas (cocaína, heroína o pastillas) o con
situaciones de grave deterioro personal que van acompañados del
consumo de drogas». Todo esto quiere decir, explicó, «que un centro
de este tipo siempre resulta difícil de gestionar y las fugas son,
desgraciadamente, normales».
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