«Estoy en una habitación de tres camas y ahora han puesto una más.
Encuentro que esto no es saludable. Hay pacientes y no pacientes
fumando por el rellano de la escalera y estamos en un hospital.
Tendrían que tomar medidas extremas». Este es el contenido literal
de la queja que Constantino R., que se encuentra internado en la
quinta planta de Son Dureta, presentó el pasado 4 de junio en el
Servicio de Atención al Paciente del centro hospitalario.
Para el denunciante «no es serio» que el hospital decida poner
una cama más en las habitaciones cuando, asegura, «hay habitaciones
en otras plantas, e incluso en esta, que no están completas. Esta
masificación perjudica a la atención de los pacientes y crea
malestar».
Constantino R. asegura que las enfermeras y los médicos «no
tienen culpa de nada ya que hacen todo lo que pueden para que
nuestra estancia aquí sea lo más cómoda posible» y apunta a la
falta de personal y a la desorganización de la gerencia como causas
de la masificación en algunas habitaciones. En este sentido el
denunciante asegura que muchos celadores y enfermeras de la planta
le han mostrado su apoyo al enterarse de que había puesto la
queja.
«Me dicen que tengo razón, que me queje porque al final estas
cosas les benefician. Ellos quieren dar un buen servicio pero a
veces se ven desbordados ante la falta de personal. El otro día
llegó a la planta un hombre con problemas mentales y tuvieron que
atarle de manos y pies entre ocho personas y estar pendientes de él
mientras estuvo en el hospital», señaló.
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