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La regidora de Sanitat en Cort, María Crespo, presentó ayer, en el Poligon de Llevant, el primero de los 35 «pipicanes» que en los próximos meses se instalarán por toda la ciudad y el primer «sanecan» de un total de 120 que está previsto colocar por los barrios.

Cada uno de los «pipicanes» consta de un recinto acotado de unos 25 ó 30 metros cuadrados de superficie, perimetralmente cerrado mediante una fila corrida de troncos de 10 centímetros de diámetro. En su interior cuenta con tres mástiles de un metro de altura a prueba de vandalismo, así como un dispensador de plástico para la retirada de las defecaciones y una papelera especial. Su instalación, reconoció Crespo, cuesta entre las 300.000 y 400.000 pesetas y precisó que las cuatro capas de que consta (cemento, arcilla, arena absorbente y grava) son lo más costoso.

Resaltó que «se ha tenido especial cuidado en que se cumplan una serie de normas higiénico-sanitarias para evitar que los animales puedan verse afectados por algún tipo de parásito» y, para ello, se realizarán dos limpiezas y desinfectaciones diarias y una desparasitación por semana.

En cuanto a los «sanecanes», cuyo coste oscila en las 35.000 pesetas, consisten en un recipiente rectangular en forma de papelera, con dos cuerpos laterales que expiden bolsas para la recogida de los excrementos y uno central que es el depósito propiamente dicho.