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El representante de Cuencas Hidrográficas de la delegación balear del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Enrique Santarufina, se refirió ayer a la evolución del riego en Balears y dijo que, según datos del censo agrario, en 1982 la superficie regada en las Islas era de casi 21.000 hectáreas.

«En el último censo, sin embargo, de 1997, se redujo a casi 17.000 hectáreas precisó durante su intervención en la segunda jornada de la I Jornadas Técnicas «Balears 2015: la gestión del agua» que finaliza hoy en la sede de Sa Nostra. Santarufina dijo, asimismo, que la aspersión en Balears representa un 56% del riego agrícola, mientras que en el resto de España tan solo es del 24%. Por otra parte, Paul Reiter, director del programa «Water Association» y Stuart White, director del Instituto «For Sustainable Futures» de la Universidad Tecnológica de Sidney (Australia) coincidieron en manifestar que para una correcta gestión del agua es «imprescindible» una reducción del consumo, la reparación de las fugas de agua en la red, la reutilización de aguas residuales y la desanilización. «La construcción de nuevas desaladoras debe ser el último recurso», afirmaron.

También se refirieron a la necesidad que tienen los hoteles, sobre todo de nueva construcción, de crear dobles circuitos de agua, una potable y otra residual. «Todo esto tiene un coste, pero hay que asumirlo», precisaron. El jefe del área de Calidad del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex), Miguel Torres, apostó, asimismo, por sistemas de desalación interconectados en las islas a fin de añadir a la función abastecedora de estas infraestructuras el concepto de «garantía de servicio».