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C. M. C. A un total de 51 millones de pesetas ascienden las sanciones recogidas en los 77 expedientes abiertos a piscinas comunitarias, incoados entre los años 1998 y 1999 por parte de la Conselleria de Sanitat y resueltos en el año 2000, mientras que el pasado ejercicio se abrieron 22 expedientes. Estos últimos expedientes abiertos coinciden en el tiempo con la alarma social que se derivó de las diversas muertes que se produjeron en piscinas públicas por incumplimiento de las normas actualmente vigentes, normativa que fue endurecida el año pasado por el Govern.

La mayor parte de las sanciones y expedientes abiertos se producen por la ausencia de personal capacitado para ejercer de socorristas, con todas las dificultades que comporta la titulación homologada, además de los habituales problemas para establecer el nivel óptimo de cloración de agua, la falta de personal de mantenimiento o la falta de un botiquín de primeros auxilios. Asimismo, entre las irregularidades más comunes detectadas en las piscinas comunitarias de las Islas destacan el incumplimiento de la obligación de señalar la profundidad de la instalación, (obligada para prevenir accidentes de los niños) y la ausencia de accesos habilitados para minusválidos.

Durante el año pasado se inspeccionaron 850 piscinas mientras que en 1999 un total de 632 habían presentado el libro o carnet al que obliga la legislación. La demanda principal por parte de la Direcció general de Sanitat ha sido la «presencia física de socorristas en el entorno de la instalación. El último intento de modificar la legislación de 1995 se centraba, precisamente, en el hecho de que estos socorristas no podían ser sólo vigilantes sino que deben tener la titulación que concederán los inspectores del Govern y además se ampliarán las horas que tienen que acreditar de formación.