La tradicional fiesta de verano de Onofre Prohens y Basilio Escudero, en su casa «Los cipreses» de Son Vida, cautivó a los más de doscientos invitados que acudieron a la cita con atuendo andaluz. La mayoría de mujeres lucían palmito vestidas con preciosos trajes de flamenca, mientras los caballeros lo hacían de corto. El Coro Rociero de Mallorca recibió a los invitados con cánticos. Para ir abriendo el apetito, derroche de bandejas con jamón de pata negra, pescaíto, fino y manzanilla, vamos, ritmo español con gastronomía de la buena.
Los jardines y alrededores de la piscina estuvieron arropados con hermosos centros florales y velas, los asistentes a la velada se reunieron a manteles bajo la luna llena y el brillo de un cielo estrellado, con unas exclusivas vistas desde donde se apreciaba toda la bahía de Palma. Lo más sarao y beautiful people de la sociedad mallorquina se reunió para disfrutar lo que fue en la noche del viernes la primera fiesta de verano. Lo cierto es que los anfitriones pusieron el nivel muy alto para las próximas veladas donde el glamour y la crème de la crème, disfruta hasta altas horas de la madrugada.
La cena ofreció como entrante un gaspacho andaluz, seguido de ensalada de colores Prohens con frutos de mar, salmón, pulpo y gambas. Sorbete de limón con cava, para seguir con centro de solomillo de ternera acompañado de productos de la huerta, todo ello regado con vino tinto y cava bien fresquito. De postre, flor de mango con frutas maceradas. Tras la cena, Marina Paz y Julio Belar deleitaron a los asistentes con canciones donde resaltaba la dulce voz de Marina. El tema «No llores por mí, Argentina» fue dedicado a los anfitriones de la magnífica velada.
Pamela Badner, bailó al ritmo del cante hondo. La actuaciones prosiguieron con el espectacular baile español del ballet de José Luis Ponce, quien puso en pie a los presentes con un impresionante zapateado en el tablao, situado sobre la piscina. Tomeu Estaràs y Gènia de «Los Valldemossa» mostraron una vez más ese derroche de talento. Al igual que la actuación del guitarrista y concertista «El Habichuela». Sobre las cuatro de la madrugada los invitados fueron agasajados con chocolate caliente, ensaïmades y las deliciosas cocas de patata. La fiesta continuó hasta el amanecer.
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