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La Conselleria d'Obres Públiques estudia la posibilidad de introducir algún tipo de ajuste interno para tratar de mejorar la coordinación interna de este departamento, según comentaron ayer diversas fuentes. A pesar de que desde diversos sectores no se descartaba la posibilidad de que el president del Govern decidiera un cambio de conseller, esta opción ha quedado rotundamente descartada desde Presidència del Govern, donde se apuesta más por la posibilidad de que el conseller disponga de un jefe de gabinete que se ocupe de las tareas de coordinación.

Las críticas que ha recibido el conseller d'Obres Públiques, Josep Antoni Ferrer, después de que Maria Antònia Munar se adelantara al Ejecutivo con la aprobación de la moratoria, han molestado profundamente al conseller, especialmente porque algunas de estas críticas han venido directamente de alguno de sus compañeros de Consell de Govern.

A pesar de que ayer no se descartaba la posibilidad de que el conseller d'Obres Públiques aprobara algún cambio de director general en su Conselleria "el conocido como segundo nivel", fuentes cercanas a Presidència recordaban ayer que, por el ejemplo, el director general d'Habitatge, Jaume Carbonero, ocupa este puesto por designación de EU-EV y no del PSOE por lo que, en teoría, es inamovible sin la autorización expresa del partido que lidera Grosske. En cualquier caso, la polémica surgida en torno a la figura del conseller tras la aprobación de la moratoria del Consell ha sacado a la luz algunas discrepancias entre el conseller y alguno de sus más directos colaboradores, como es el caso del propio Carbonero, agravadas por la abierta crítica de EU-EV a la gestión del conseller.

A pesar de esta situación, el president del Govern, Francesc Antich, está firmemente decidido a mantener al conseller d'Obres Públiques en su puesto. De hecho, a lo largo de estos meses está previsto que la Conselleria presente una batería de iniciativas en materia de ordenación del territorio, como ya informó este periódico. Se trata de la modificación de las Directrices de Ordenación del Territorio, de la reforma de la Ley de Espacios Naturales para devolverle su articulado original y de la derogación de la Ley de Campos de Golf, que se considera obsoleta ya que su única vigencia es permitir la construcción de algún tipo de oferta complementaria junto a estas instalaciones deportivas.