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La demanda de viviendas en Balears caerá un 9% dentro de cinco años y hasta un 22% dentro de diez años según un estudio del Govern, que anunció que este sector ha iniciado un proceso de «moderación, cosa que es muy buena noticia», afirmó ayer el vicepresident del Ejecutivo autonómico, Pere Sampol. La razón fundamental de esta caída es el freno de la gran demanda actual de vivienda protagonizada por la actual población balear de edades comprendidas entre los 25 y 35 años y que son los hijos del «baby-bom» de los setenta.

Sampol y el director general d'Economia, Antoni Monserrat, dieron a conocer un informe sobre población, planificación y urbanística, elaborado por la Conselleria d'Economia, Comerç i Indústria. En este análisis se recoge que los años 1961, 1985 y 1993 supusieron el inicio de subidas «enorme y rápidas» de la actividad de la construcción en Balears, que en la actualidad ha iniciado una etapa de desaceleración. Esta disminución en la actividad del sector, explicaron, se observa de manera fundamental en que el crecimiento de los puestos de trabajo, que se situó este mes de junio en el 7'9%, mientras que las cifras de otros años eran notablemente superiores, como en 1999 (del 22'4%) o de 2000 (15'7%).

La caída «lenta» de la construcción no significa el inicio de ninguna crisis económica del sector, sino una «disminución lenta de la demanda de viviendas en cinco años, que será contundente dentro de diez», por lo que el conseller consideró necesario la readaptación hacia la rehabilitación de inmuebles. Sobre los precios de la vivienda, informó Sampol, Balears es la comunidad más cara y mientras que el 50% de las familias de las Islas destinan sus ingresos a la compra de su casa, este porcentaje baja hasta un 30% en el resto del Estado. Ante la caída de la oferta de empleo, Sampol apostó por un traspaso de los trabajadores hacia los sectores primario e industrial, y para este segundo caso su departamento autonómico prevé la realización de cursos de especialización.

Desde 1993 viene aumentando el número de trabajadores en este sector, desde los 28.231 de aquel año a los 57.485 empleados de 2001. El titular d'Economia insistió en que «de ninguna manera existe ninguna crisis en la construcción» y aludió a la necesidad de lograr crecimientos «sostenibles» de entre un 3% y un 5%, mientras que deseó aumentos de un 30% ó 40% para la agricultura y la pesca, así como destacadas subidas en la industria. En los tres últimos años, las viviendas acabadas han sido de 4.663 en 1998, 6.826 en 1999 y 9.826 en 2000.