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Decíamos días atrás que el «Play Boy» que se edita en Alemania dice, con todo tipo de detalles, gráficos y escritos, que la isla descubierta por los germanos, Mallorca, se ha convertido en poco menos que en un burdel, lo cual no sabemos si es bueno o malo, aunque sí es real y auténtico como la vida misma. Hombre, burdel, burdel, no, pero está en ello de no mediar algo que lo evite.

«Play Boy» cuenta que hay tres tipos de prostitución: la de lujo, que tiene lugar en los yates, como el que muestra la foto que ilustra la primera página del reportaje: dos señoras, una en bikini y la otra, sentada sobre el señor del Rolex (?), en tanga y champán en mano. Y para que no haya la menor duda de que es aquí, en la popa del barco se ve la bandera mallorquina desplegada a todo trapo. En segundo lugar, enumera algunos burdeles a los que suele acudir la gente a desfogarse, tales como el Mustang Ranch "dos fotografías" y el Top Models; por último, señala que la prostitución callejera "foto de prostituta con un señor en el interior de un coche, en las Avenidas, seguramente contratando el servicio" poco a poco se va adueñando de parte de la ciudad y sus zonas turísticas "Platja de Palma", lo cual, en parte, es también cierto. Con anterioridad, los periodistas alemanes solían venir a Mallorca para hacer reportajes sobre sus calas, campos, gentes, costumbres, etc., de todo lo que era nuevo para ellos.

Posteriormente, para contar "y fotografiar" que ciertos ilustres alemanes, como políticos, ex políticos, deportistas, nobles, artistas, etc., habían elegido Mallorca para establecer su segunda residencia, lo cual también era verdad. Ahora cuentan lo que ven: prostitutas por casi todas partes, lo cual es también cierto. ¿Es bueno que el «Play Boy» alemán cuente a los alemanes todo esto? Para los alemenes que sólo buscan eso, sí; para los que no, no, y para Mallorca, desde luego, no.

Pues el bueno de Boris nos va a volver loco. Bueno, él no, mis gargantas profundas que me cuentan que se ha ido con su ex y sus hijos, y resulta que sigue en Mallorca, donde el otro día fue sorprendido jugando a golf con un amigo y su ex en la playa con una amiga y los niños. Y nosotros, con estos pelos. Claro que, hoy por hoy, en Mallorca hay ya mucho que pelar. Afortunadamente. Porque ya verán la que se lía a partir de mañana, con la vuelta de Cabrera de la Reina a bordo del «Juan Sebastián Elcano», y en días sucesivos con el inicio de la Copa del Rey, la llegada de los Douglas y de los Banderas "porque Schiffer y su chico ya están aquí", y más gente.