Hoteleros y Govern han estado meses envueltos en una guerra de
guerrillas sobre si hay o deja de haber crisis turística en
Balears. Una situación que en nada favorece al ciudadano, que lo
único que desea son datos fidedignos y claros sobre la situación
real, pues a nadie se le escapa que en estas tierras todo depende
del turismo.
Y eso es precisamente lo que acaba de hacer la Direcció General
d'Economia, proporcionar estadísticas que dejan bien a las claras
el excelente momento económico que atraviesa Balears. Y si los
números cantan, éstos lo hacen con armonía y calidez: nunca en su
historia nuestro archipiélago había gozado de una ocupación laboral
tan elevada, lo que pone de manifiesto que aquí se trabaja, y
mucho. A la vez los datos del paro revelan que somos la Comunitat
con la tasa más baja de desempleo de todo el país, con el 4'65 por
ciento de la población activa, que es prácticamente la mitad del
nivel del resto del país (8'6%).
Por eso hablar de crisis en estos momentos resulta trasnochado,
cuando Balears está acogiendo a miles de trabajadores extranjeros
para cubrir los puestos de trabajo que nosotros no queremos asumir.
Es, en términos generales, una coyuntura envidiable para muchas
otras comunidades autónomas que se ven obligadas a lanzar a sus
ciudadanos a la emigración.
Otra cosa será la calidad de esos empleos, que también habría
que analizar. Porque de todos es sabido que Balears es una de las
autonomías con salarios y pensiones más bajos, lo que podría
llevarnos a pensar que ese crecimiento acelerado de la economía se
hace a base de recortar derechos y prestaciones de los
trabajadores. Lo cual, a todas luces, es indeseable. Si hay
riqueza, y la hay, que sea para todos.
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