Todo transcurría con normalidad en el vuelo de la KLM Costa de
Marfil-Amsterdam hasta que Sani Usman requirió la atención de un
médico. Su mujer estaba embarazada de ocho meses y comenzaba a
tener los síntomas de que la nueva vida quería adelantarse.
Coincidía que en el pasaje había un médico, quien cogió el maletín
de primeros auxilios de la cabina del comandante unos guantes y los
utensilios básicos para atender a una parturienta. Y Rahina rompió
aguas. Había que aterrizar en el aeropuerto más cercano para que
atendieran a la paciente en un hospital.
«El doctor comentó a la tripulación del avión la necesidad de
atender a mi mujer en un hospital y de que había de aterrizar en el
lugar más cercano posible», comentó ayer Sani Usman, el padre del
bebé. Coincidió que el aeropuerto más cercano en la ruta de vuelo
era el de la isla de Eivissa, por lo que se procedió al aterrizaje
de emergencia. Para el momento de tomar tierra Rahina ya había
parido un hermoso niño, al que llamarán Mohamed, tal y como
decidieron los padres en ese preciso momento.
Una ambulancia del 061 esperaba a pie de pista para trasladar a
la madre al Hospital Can Misses. Eran entonces las cuatro de la
mañana y tanto la madre como su hijo necesitaban descansar. La
habitación tres de la planta de maternidad del hospital recibió a
los nuevos inquilinos. Mohamed nació en el aire ibicenco y será
español, no inglés.
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