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La presidenta de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Pilar Valiente, que ha sido acusada en los últimos días de ocultar información en la labor supervisora de la CNMV en el 'caso Gescartera', se encargó en los años 80 de la investigación de la quiebra de la Cooperativa Agrícola de Sa Pobla (CAP) y a mediados de los 90, ya desde Madrid, del caso Brokerval.

Valiente, que ingresó en 1982 en el Cuerpo de Inspectores Financieros y Tributarios del Estado, desarrolló parte de su actividad profesional en Palma, coincidiendo en aquellos años con la quiebra de la CAP, de la cual se encargó con especial dedicación. Valiente se empleó a fondo en el asunto con una fijación que acabó siendo conflictiva al politizarse el caso. Acusada de extralimitarse en sus funciones, desde Madrid se le «pararon los pies», afirman quienes la conocieron en aquella época.

Sobre su actitud profesional, técnicos y empresarios mallorquines indican que mientras estuvo en la Delegación de Hacienda de Balears, «demostró ser de trato agradable e incluso amable en lo personal, pero dura y muy rígida como inspectora». Quienes sufrieron sus inspecciones se acuerdan perfectamente de su talante inflexible, fuera de lo habitual. El ex responsable de la agencia de valores Brokerval y en su día gerente de la CAP, Francisco Berga, en su libro «De CAP a Brokerval», da cuenta de ello.

Así, en la página 150 del libro se afirma que «durante los meses transcurridos desde que se conoció públicamente el contenido de las actas y sus importes, algunos funcionarios de Hacienda, entre ellos Pilar Valiente, recibieron anónimos firmados por algo así como Frente Revolucionario de Sa Pobla y Muro, en los que se amenazaba de agresiones físicas y sexuales». Dos páginas más adelante se indica que «Pilar Valiente fue sustituida en la reanudación de la inspección y trasladada a Madrid. Por lo visto, muy a pesar suyo, culpando de ello a las presiones ejercidas de la cooperativa, algo que es absolutamente falso».