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Son Ivan, Ravin y Victor. Tres niños con hemofilia cuyo «pecado» es haber nacido en la ciudad siberiana de Tomsk donde sus habitantes sufren las consecuencias de la radioactividad proveniente de las frecuentes pruebas nucleares. Tres niños cuya enfermedad, si hubieran nacido en Mallorca, no les impediría hacer una vida diferente a la de cualquier otro niño pero que en Tomks la pobreza, la falta de la medicación más adecuada y una climatología adversa "se llegan a temperaturas de hasta 60 grados bajo cero" agravan su patología y su estado.

La ONG Infants del Món los ha traído desde Siberia para someterlos a una revisión médica y ponerles tratamiento. Estaba previsto que llegaran en verano pero, por trabas burocráticas, lo hicieron hace una semana y media y permanecerán en Mallorca hasta el sábado. Aquí son acogidos por familias. Ivan estuvo hace dos años en Mallorca y cuando llegó lo hizo con unas muletas. Tras ser operado en Son Dureta "médicos de este hospital se encargan de su atención de forma altruista" volvió a Tomsk donde vive con su madre. En esta ocasión ha venido para una revisión de la operación y puede perfectamente andar e incluso jugar al fútbol. Víctor ha llegado sin poder caminar debido a que la hemofilia "una enfermedad que provoca que cualquier golpe se convierta en hemorragia" afecta a sus piernas. Lo tuvieron que llevar en brazos. El sol, la comida y una medicación adecuada tras curarle, han hecho «milagros».