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JUAN MIGUEL LÓPEZ Con motivo de las primeras jornadas sobre familia y sociedad, organizadas por la Delegación Diocesana de Familia y el Centro de Orientación Familiar de la Iglesia de Mallorca (COF), el pensador y escritor José Antonio Marina visitó ayer Palma para hablar en la Fundación «La Caixa» sobre el presente y el futuro de la familia. Uno de los temas sobre los que ha reflexionado este autor que el martes pasado fue galardonado con el Premio Don Juan de Borbón al mejor libro con su obra «Lucha por la dignidad».

"Francisco Umbral ha dicho de usted que es «hoy nuestro pensador más inquieto y sin duda el más fecundo». ¿A qué se debe ese amor al pensamiento y la reflexión?

"A pesar de ser un escritor muy tardío, me he dedicado mucho tiempo a investigar sobre la inteligencia, a la que considero nuestro gran recurso y una actividad muy vital. Particularmente pienso que todos deberíamos utilizar al máximo ese gran recurso para disfrutar todo lo posible de la vida y para ser mejor persona.

"En su último libro, «Dictamen sobre Dios», usted se pregunta si no existiese ese objeto cultural en nuestro entorno, ¿lo inventaríamos?...
"Sí, y se demuestra porque este tema está presente en todas las culturas. Tanto cristianos, como musulmanes como budistas y el resto de religiones tienen alguna forma de dios o de un absoluto muy impreciso. Ahora bien, en nuestra sociedad hemos hecho una división profunda entre el círculo profano, que se construye alrededor de la ciencia, y el círculo religioso. Dos círculos que están completamente separados, lo que plantea enormes problemas. Entonces la pregunta es si es verdad que podemos relacionar un círculo con otro. La conclusión del libro es que se puede ser religioso inteligentemente, que la filosofía puede decir algo sobre la existencia de una dimensión divina de la realidad, pero no puede decir nada sobre en qué consiste dios. Y finalmente hay que decir que las religiones deben someterse a un criterio ético.

"¿Qué diferencia existe entre ética y moral?
"La ética es una moral transcultural. Cada sociedad tiene una moral, lo que produce un enfrentamiento entre culturas. Por ello hay que ir más allá y constituir una moral transcultural, que es la ética.