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JOAN J. SIERRA Ante la polémica generada en Valladolid por los casos de cáncer detectados en alumnos de una escuela próxima a una concentración de antenas de telefonía móvil, el director general de Tecnologia, Carles Bona, ha declarado que «en Balears no hemos encontrado de momento situaciones de riesgo, salvo en una finca urbana de Palma donde, en una antena de su terrado, sí que se registró una exposición a ondas radiomagnéticas superior a los niveles máximos establecidos. La causa era una altura demasiado pequeña del mástil de la antena, sin embargo el caso fue resuelto mediante la instalación de un cercado que marcó una distancia suficiente y no peligrosa».

Bona anunció que, en pocas semanas, el Govern habrá modificado las normas cautelares que rigen en nuestra comunidad para la instalación de cualquier emisor de ondas radiomagnéticas "telefonía fija y móvil, televisión y radio". Con esta modificación, se simplificarán las tramitaciones administrativas para instalar antenas, ya que las concentrará y canalizará el mismo Govern, salvo las licencias de obra y de actividades, que continuarán correspondiendo a los ayuntamientos. Palma concentra un 50 por ciento de las antenas instaladas en las Balears. Bona indicó que «estas medidas cautelares se adaptan al real decreto del Gobierno central aprobado el verano pasado sobre esta materia, que al mismo tiempo se adapta a la legislación europea y a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud».

El director general apunta que «la simplificación burocrática y administrativa no significa una mayor permisividad. Las nuevas normas revisan las situaciones posibles para evitar peligros en la red radiomagnética y obligan a las empresas instaladoras a presentar planes que deben especificar características técnicas, potencias e integraciones ambientales. Todo tiene que servir para limitar las exposiciones de riesgo de las personas a las ondas radiomagnéticas. Así, se fijan distancias mínimas de seguridad entre las ubicaciones de las antenas y los lugares habitados o de acceso de personas, de acuerdo con la potencia de las instalaciones emisoras».

Evidentemente, centros como escuelas y hospitales no podrán tener antenas de este tipo. Puntos de emisión potente en Balears podrían ser las instalaciones de la sierra de Alfàbia en Mallorca y del Toro en Menorca, pero las distancias respecto de núcleos habitados son suficientes para evitar situaciones de peligro. A pesar de la elaboración de unas normas cautelares, la regulación definitiva de estas instalaciones corresponderá al plan director sectorial de telecomunicaciones, que será aprobado a lo largo de este año.