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El Consell Insular de Mallorca autorizó el año pasado la construcción de 549 viviendas unifamiliares en suelo rústico, lo que representa un descenso del 32 por ciento con respecto al año anterior. En 2000, el número de autorizaciones fue de 810, el segundo más elevado de todos los tiempos y sólo superado por las 815 que se concedieron en 1996.

Aunque el Consell sólo concedió 549 permisos, el número de solicitudes fue mucho más elevado, ya que llegó a un total de 750. Por lo tanto, los responsables de Urbanisme del Consell denegaron el año pasado 101 peticiones.

En los últimos siete años, se han construido legalmente en suelo rústico un total de 4.055 viviendas, pero las peticiones para urbanizar en el campo han llegado a las 5.191. Sin embargo, la presión para construir en el campo es mucho mayor y el Consell es consciente de que la mayor parte de las viviendas que se inician en el campo son ilegales porque se inician sin ningún tipo de autorización.

Un análisis de las solicitudes y autorizaciones de los últimos siete años revela de forma clara que la llegada del Pacte de Progrés al Govern tuvo un efecto fulminante en el número de peticiones. Si en 1998 hubo 466 solicitudes, un año más tarde las peticiones se multiplicaron por tres hasta llegar a las 1.289 de 1999.

Tres años antes, en 1996, también se duplicó el número se solicitudes debido a la decisión del Consell de Mallorca de aumentar la parcela mínima de 7.000 a 14.000 metros cuadrados.

Las 549 autorizaciones concedidas el año paso por el Consell no están afectadas por la moratoria del Govern, a pesar de que vinculaba directamente al suelo rústico. La institución competente en materia urbanística tiene la obligación de conceder todas las autorizaciones que se pidan si éstas cumplen el requisito de tener un mínimo de 14.000 metros cuadrados.