El año 2001 marcó un nuevo récord en el número de asalariados en el
sector de la construcción y alcanzó la cifra de 42.500 trabajadores
en el sector. Según la estadística de que dispone la Direcció
General d'Economia que dirige Antoni Monserrat la cifra final de
asalariados en la construcción supone un incremento del 138 por
ciento con respecto a los 17.864 trabajadores contratados en 1994.
Este año marcó el punto final de la crisis de la construcción que
dio comienzo en 1991 con la Guerra del Golfo. El gráfico elaborado
por el departamento de Monserrat es sumamente revelador y da una
idea precisa de las consecuencias económicas que tuvieron la crisis
del petróleo en 1973 y la Guerra del Golfo en 1991.
Los responsables de la Direcció General d'Economia no saben qué
consecuencias tendrán los sucesos del 11 de septiembre. Pero el
gráfico muestra además el cambio experimentado por el sector desde
los años 60, cuando la construcción daba trabajo a 8.715 personas.
Desde el crack petrolífero de 1073 hasta el año 1985, el sector
siguió contrayéndose poco a poco hasta llegar a los 16.158
empleados. A pesar de que ha sido la cifra más baja de
contrataciones de los últimos 15 años, sigue siendo el doble de las
personas que trabajaban en este sector a principios de los 60.
A partir de 1985, el crecimiento se situó en los mismo niveles
de la década de los 60, hasta llegar a los 26.634 de 1991. Ese año,
como consecuencia de la Guerra del Golfo, se produce una nueva
contracción en la demanda de trabajadores, hasta llegar a la cifra
de 17.864 empleados de 1994. A partir de ahí se da el espectacular
aumento del 138 por ciento. La conclusión más evidente es que la
serie de medidas restrictivas en materia de ordenación territorial
que han adoptado tanto el Govern como el Consell han tenido muy
poco efecto en el mercado laboral de la construcción, a pesar de
las constantes advertencias del sector. No sólo no se ha producido
un descenso en la demanda de mano de obra sino que el número de
empleados a ido creciendo en progresión geométrica.
En el Govern desconocen qué efecto económico puede tener a largo
plazo en la economía los atentados del 11 de septiembre,
especialmente en el sector de la construcción, uno de los más
sensibles en épocas de crisis. Tampoco se ha hecho un estudio de
las consecuencias que tendrá la reciente moratoria aprobada por el
Consell de Mallorca, que frena en un 60 por ciento la construcción
de nuevas viviendas en las Islas. Desde el sector de la
construcción los empresarios sí que han asegurado que la aprobación
de una moratoria de estas características en época de crisis tendrá
un efecto demoledor en el mercado laboral.
Los promotores y constructores alertan de que el sector de la
construcción genera mucho empleo, pero también es uno de los más
sensibles ya que el empleo se destruye con facilidad. Tras una
reciente reunión mantenida con el president del Govern, Francesc
Antich, reconocieron que el sector puede estar sobredimensionado,
tanto por la demanda privada como por la fuerte obra pública de
estos años. No obstante, aseguraron que la moratoria, junto con la
situación de crisis, puede provocar un fuerte número de
desempleados. Incluso han llegado a comentar que el desempleo puede
llegar a un 40 por ciento de los empleados actuales del sector.
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