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El año pasado, según el responsable de menores del Consell Insular de Mallorca, Manuel Gordó, «hubo una cierta avalancha de menores extranjeros problemáticos», que tuvieron que ser acogidos por la institución. En concreto, si durante un año, antes de 2001, había una media de dos menores acogidos (el número es variable, ya que hay algunos que se van y otros que vuelven temporalmente), el año pasado la cifra se disparó y hubo momentos en los que el centro acogía a ocho o nueve al mismo tiempo.

Para resolver esta situación, y otros problemas derivados de la convivencia de los menores problemáticos extranjeros con los que tienen ciudadanía española, el Consell decidió rehabilitar Ca l'Ardiaca, un edificio que se encuentra junto a El Refugi, entre Son Valentí, la Vía de Cintura y el final de General Riera, y que esta misma semana ya podrá ser habitado por los menores.

A pesar de la proximidad de El Refugi (centro de acogida y tratamiento de toxicómanos, enfermos terminales e indigentes) la consellera de Servicios Sociales del CIM, Josefina Sintes, aseguró que «los menores, que ya son muy problemáticos, estarán tutelados por unos educadores y un equipo especial. Así y todo, hemos tenido en cuenta esta proximidad, sin embargo no hemos visto inconvenientes». Igualmente, sobre el hecho de que se hayan separado los menores extranjeros de los que tienen ciudadanía española, Sintes afirma que «no por eso hemos creado un ghetto. La acogida será muy temporal.

Al final, participarán en programas con otros menores españoles». Durante una breve visita al centro ayer, Gaspar Aguiló, de la Asociación Altruista «Es Refugi» y director del casal, explicó que «en este espacio, de unos 1.400 metros cuadrados, habrá un educador, dos cuidadores, un director del centro y un voluntario que atenderán a siete menores, un colombiano y seis marroquíes, aunque estaremos preparados para atender hasta quince menores».